Navidad es, entre otras cosas, un periodo y una oportunidad magnífica para recuperar el contacto con personas con las que hace mucho tiempo que no nos hablamos y que por distintos motivos se separaron o los apartamos de nuestras vidas. Viene Navidad, y no sabemos exactamente ni cómo ni porqué, quizá empujados por la tradición o por las emociones que hacemos aflorar estos días, conferimos a este período del año la virtud de ayudarnos a pensar en los demás, en la tía Pepa de la famosa canción tradicional catalana. La tía Pepa representa a las personas con las que cotidianamente mantenemos un mínimo, muy mínimo, contacto o, incluso, a las que hemos perdido temporalmente el rastro y ahora queremos recuperarlas para compartir, aunque por unas horas, en la mesa, momentos y recuerdos de alegría de la vida: “Ara ve Nadal, matarem el gall, i a la tia Pepa li donarem un tall” (Ahora viene Navidad, mataremos el gallo, y la tía Pepa le daremos un trozo).

Y es que estas fechas representan para la mayoría de nosotros días de magia, de ilusión, de alegría, de regalos, de darse a los demás y a uno mismo, y de reunirnos en largas y potentes comidas en familia. Pero Navidad también es un periodo en el que las ausencias de familiares y amigos, a menudo a causa de malentendidos, de discusiones momentáneas, de desavenencias puntuales, de tensiones esporádicas convertidas desgraciadamente en conflictos no resueltos, se hacen más patentes que nunca, aflorando sentimientos de soledad, culpabilidad, de sufrimiento ... Los silencios de los ausentes son más acuciantes que cualquier otro día del año.

Ahora que viene la Navidad, es una oportunidad magnífica para tratar de recuperar esta gente poniendo en práctica herramientas para reconducir los conflictos del pasado, al tiempo que logramos un conocimiento y unas habilidades sociales fundamentales. Sin conocer la casuística de cada caso, queremos proponeros 4 o 5 iniciativas de mediación, gestión y / o resolución de conflictos que pueden ayudar. Antes de empezar, hay que tener en cuenta tres consideraciones básicas: 1 ) a menudo la falta de respuesta cuando estalla el conflicto se debe a las intensas emociones del momento que bloquean nuestra reacción, concentrando nuestros esfuerzos en defendernos y atacar para tener la razón. Con menos tensión, estamos en mejor disposición de afrontar racionalmente el conflicto; 2 ) el conflicto es un proceso, de forma que, si participamos en su aparición, ahora que tenemos herramientas, también podemos empezar a abordarlo y, 3) si queremos solucionarlo de verdad, debemos tener una actitud positiva hacia la otra persona, o sea, romper con la idea de que la persona es el conflicto, dejando de personalizar , juzgar e interpretar negativamente los pensamientos y las palabras los demás.

Os proponemos los siguientes pasos para lograr nuestro objetivo: 1) Recordar qué es lo que se dijo o hizo y que enfadó ambas y más personas, provocando la discusión fuerte y después al conflicto; 2) Pensar que nos gustaría que nos dijera la otra persona para poder hablar otra vez ; 3) Hablar: comience con una sincera disculpa por los hechos y por las palabras que se produjeron . No espere que la otra persona se disculpe de inmediato, ya llegará. No es la hora de los reproches; 4 ) Positivar: recuerde los buenos momentos que han pasado juntos y su voluntad de recuperarlos ahora que aún están a tiempo. Pensamientos positivos; 5) Escuchar: deje que hable y escuche para poder hablar después. No reaccione a los ataques o acusaciones, eso ya forma parte del pasado. Termine invitándole a compartir una comida o una cena juntos. Si no acepta enseguida, no pasa nada, déle tiempo, todo llegará.

El tiempo de Navidad es perfecto para el acercamiento entre las personas y empezar a deshacer problemas y abordar conflictos. Trabajamos una vez más para disfrutar de este tesoro. Feliz Navidad y muchos éxitos para el próximo año.